En realidad, el nombre para este ítem iba a ser “Pierde el tiempo jugando”. Ese fue el concepto que surgió en una clase de quinto semestre en la universidad, cuando estudiaba diseño industrial. El reto era crear una experiencia inmersiva que incitara a la lectura de las obras de Cortázar, y ahí nos dimos cuenta de que, a través del juego, estamos más presentes, y aprendemos y recordamos mejor.

Con mis amigos se volvió nuestro lema, y hoy decidí incluirlo en este manifiesto. No quise dejarle el mismo nombre: ya pertenece a otro momento, puede prestarse a confusiones, y quería que el manifiesto tuviera un tono más positivo.

Soy de esas personas que siempre está metida en proyectos personales, sean o no útiles, porque eso es lo que me trae alegría y satisfacción. El simple hecho de crear algo “nuevo” en el mundo me estimula.

Originally, this item was going to be called “Waste Time Playing.” That was the concept that came up during a class in my fifth semester of university, back when I was studying Industrial Design. The challenge was to create an immersive experience that encouraged people to read Cortázar’s work —and that’s when we realized that, through play, we’re more present, we learn better, and we remember more.

It became kind of a motto for my friends and me, and today I decided to include it in this manifesto. But I didn’t want to keep the same name; it belongs to another time, it could be misunderstood, and I wanted this manifesto to have a more positive tone.

I’m one of those people who’s always caught up in personal projects —whether they’re useful or not— because that’s what brings me joy and satisfaction. The simple act of creating something “new” in the world excites me.

Durante los años que bailé ballet, mi hobby era tomarme fotos con mis amigas haciendo poses que mostraban nuestra fuerza y flexibilidad. En ese entonces se sentía satisfactorio poder usar el cuerpo de una forma que la mayoría no podía, simplemente porque no entrenaban para eso. Era parte de nuestra identidad.

También tuve la suerte de tener maestras que superaban los ochenta años y que aún podían moverse como si tuvieran treinta. Siempre he querido llegar a tener esa movilidad cuando tenga esa edad.

Hoy en día, sin irme a los extremos del ballet o de cualquier otra disciplina física, tengo una fascinación por los adultos mayores que disfrutan de su cuerpo y lo usan como si fueran adolescentes: para bailar, expresarse, hacer yoga, aeróbicos, agacharse a coger algo del cajón de abajo… o para sentarse mal.

Ese uso del cuerpo —natural, libre, sin restricciones— es una forma silenciosa de mostrar nuestra vitalidad interna.

During the years I did ballet, my hobby was taking photos with my friends doing poses that showed off our strength and flexibility. Back then, it felt incredibly satisfying to use our bodies in ways most people couldn’t —just because they didn’t train for it. It was part of who we were.

I was also lucky to have teachers well into their eighties who could still move like they were thirty. I’ve always wanted to have that kind of mobility when I reach that age.

These days, without going to the extremes of ballet or any other physical discipline, I have a fascination with older adults who truly enjoy their bodies and move like teenagers: dancing, expressing themselves, doing yoga, aerobics, squatting to grab something from the bottom drawer… or just slouching in a chair.

That natural, free, unrestricted use of the body is a quiet way of showing the vitality we carry inside.

Cuando era pequeña, estuve en cuántos cursos extracurriculares se me antojara: natación, patinaje, piano, caricatura, pintura, ballet, francés, caligrafía… Siempre me emocionaba explorar una nueva faceta de mí y también reinventarme cada vez que entraba en un nuevo grupo social (soy muy introvertida, la “reinvención” no era drástica, pero intentaba soltarme un poco más).

En una esfera más amplia, en la adultez parece que debemos seguir un solo camino: ya decidiste lo que vas a hacer el resto de tu vida, ahora ponlo en marcha. A mí me gustaría seguir viendo la vida como un juego de rol, donde puedes probar todo lo que tengas al alcance, y marcharte cuando ya no te llena y quieres explorar otra cosa.

En una esfera más personal y banal, pero no por eso menos importante, parece que lleváramos una etiqueta con nuestra personalidad, gustos, actitudes, opiniones. Por favor, arráncala y cambia todo lo que quieras, porque eso solo demuestra que eres una persona crítica y consciente de sí misma.

When I was a kid, I joined every extracurricular activity I wanted to try: swimming, skating, piano, cartooning, painting, ballet, French, calligraphy… I was always excited to explore a new side of myself, and also to reinvent myself a little every time I joined a new group (I’m very introverted, the “reinvention” wasn’t drastic, but I tried to open up a bit more).

On a broader level, adulthood seems to expect us to pick one single path: you’ve chosen what you’re going to do for the rest of your life, now go make it happen. But I’d rather see life as a role-playing game, where you get to try as many things as you can reach —and walk away when something no longer excites you, and it’s time to explore elsewhere.

On a more personal and seemingly trivial level, though not less important, it feels like we walk around with a tag that defines our personality, tastes, attitudes, and opinions. Please, rip that tag off and change whatever you want. It only shows that you’re a self-aware and thoughtful person.

Este ítem lo aportó mi pareja:
Los primeros años de mi adolescencia los viví condicionado por la idea de que debía ser de cierta forma y rodearme de ciertas personas. No fue hasta que me liberé de esas nociones externas que pude recuperar la alegría.
Esa experiencia me hizo entender lo esencial que es tener una opinión propia y bien formada sobre las situaciones que vivimos. Ahí es donde yace nuestro verdadero poder de decisión, y donde se empieza a formar nuestra identidad.

Mi aporte:
No soy una persona muy social, y no siempre entiendo con facilidad ciertos códigos o dinámicas sociales. Como respuesta, algunas formas de actuar que tengo son muy propias y no tan influenciadas por lo que pasa afuera.
Sí, eso a veces genera confusión, pero en la mayoría de los casos termina siendo mi súperpoder. Me hace diferente, me da credibilidad frente a los demás y me llena de confianza.

This item was added by my partner:
The early years of my teenage life were shaped by the pressure to act a certain way and hang out with certain people. It wasn’t until I broke free from those external expectations that I was able to feel joy again.
That experience taught me how crucial it is to have a personal, well-formed opinion about the situations we live through. That’s where our power of choice lies —and where identity begins to take shape.

My input:
I’m not a super social person, and I don’t always grasp social dynamics that easily. As a result, some of the ways I behave are very much my own —not heavily influenced by the outside world.
Sure, that sometimes causes confusion, but most of the time, it turns out to be my superpower. It makes me stand out, it gives me credibility with others, and it fills me with self-confidence.

Este probablemente sea el ítem que más me cuesta mantener. No porque no quiera a mis amigos ni porque no tenga relaciones valiosas, sino porque encuentro mucha comodidad en la solitud.

Aun así, me declaro fan de mis amigos. Ese es, de hecho, el requisito principal para que yo quiera mantener una amistad: admirarlos genuinamente.

Así como he creado esta lista de ítems que me han guiado hasta ahora, tengo otra lista —mental o en notas— de frases que me recuerdan a mis amigos y que muchas veces me repito como mantras. Hay mucha sabiduría en ellos, y varios de los aprendizajes que he incorporado en mi vida vienen justamente de ahí.

Amigos, si no les hablo hace tiempo, quiero que sepan que los quiero mucho.

This is probably the item I struggle with the most. Not because I don’t love my friends or because I lack meaningful relationships —but because I find deep comfort in solitude.

That said, I’m a huge fan of my friends. That’s actually the main requirement for me to want to keep a friendship going: I have to genuinely admire them.

Just like I’ve created this list of guiding principles, I also have another one —mental or written down— filled with phrases that remind me of my friends. I often repeat them to myself like mantras. There’s so much wisdom in them, and many of the lessons I’ve absorbed come from them.

Friends, if we haven’t talked in a while, just know I still love you deeply.

Cuando estaba terminando la carrera de Diseño Industrial, una de mis mejores amigas y yo ya sabíamos que no queríamos dedicarnos a eso. Así que nos juntamos para hacer el trabajo de grado y lo enfocamos en los límites —y la convergencia— entre el diseño industrial y un tema que nos apasiona mucho: la salud mental.

Ahí aprendimos que, erróneamente, solemos hablar de emociones “positivas” y “negativas”, cuando en realidad deberíamos decir agradables y desagradables. Todas las emociones son positivas porque cumplen una función; solo que algunas no se sienten tan bien como otras.

Escribo esto bajo el efecto de emociones agradables, y sé que los momentos de oscuridad no son fáciles, pero también son necesarios. Somos parte de la naturaleza, y en ella todo es cíclico: día y noche, verano e invierno, luz y lluvia, vida y muerte. Y todas esas segundas etapas son tiempos de recogimiento e introspección, para dar paso a una nueva versión más fuerte y más brillante.

Cada vez que paso por un periodo oscuro, recuerdo la famosa frase de Cobain: “Thank you for the tragedy, I needed it for my art.”

When I was finishing my Industrial Design degree, one of my best friends and I already knew we didn’t want to work in that field. So we teamed up for our final project and focused on the boundaries —and overlaps— between industrial design and a topic we both deeply care about: mental health.

That’s where we learned that we often wrongly label emotions as “positive” or “negative,” when we should really be saying pleasant and unpleasant. All emotions are positive because they serve a purpose —it’s just that some of them don’t feel as good as others.

I’m writing this while under the influence of pleasant emotions, and I know that dark moments aren’t easy, but they’re necessary. We’re part of nature, and nature is cyclical: day and night, summer and winter, light and rain, life and death. And all those second stages are times for retreat and introspection, clearing the way for a stronger, brighter version of ourselves.

Every time I go through a darker period, I remember that famous Cobain quote: “Thank you for the tragedy, I needed it for my art.”

Si algo se me quedó grabado del libro Esencialismo de Greg McKeown, es que “si no es un rotundo sí, es un no”. Algunas personas podrían decir que soy complicada porque escojo con mucho cuidado todo lo que me rodea, pero al final la vida es más fácil —y mucho más placentera— cuando estás rodeada solo de lo que realmente te gusta.

Aplica para personas, objetos materiales, actividades, estudios, hobbies… Si no estás segura, date un periodo de prueba y luego recorta. Menos es más.

If there’s one thing that stuck with me from the book Essentialism by Greg McKeown, it’s this: “If it’s not a hell yes, it’s a no.” Some people might call me picky because I carefully choose everything around me, but in the end, life becomes easier —and way more enjoyable— when you’re surrounded only by things you genuinely love.

This applies to people, material things, activities, studies, hobbies… If you’re unsure, give it a trial run and then cut what doesn’t serve you. Less is more.

Siempre he dicho que, si todos nos ponemos de acuerdo, mañana podría ser viernes. Suena chistoso, pero en realidad así es como se ha formado el mundo. Alguien tiene una idea, con el tiempo se vuelve aceptada, y luego se convierte en una realidad para muchos.

Ha pasado con el calendario, con el lenguaje, las costumbres, las dietas, las religiones… Y sin ir tan lejos, también tenemos el poder de construir nuestra vida a partir de los ladrillos que son el día a día. ¿Qué rutinas quiero mantener? ¿Qué creencias, personas, actitudes, hobbies?

I’ve always said that if we all agreed on it, tomorrow could be Friday. It sounds like a joke, but that’s pretty much how the world has been built. Someone has an idea, it slowly gains acceptance, and eventually it becomes reality for a lot of people.

It’s happened with calendars, language, traditions, diets, religions... And without going that far, we also have the power to shape our own lives using the building blocks of our daily choices. What routines do I want to keep? What beliefs, people, attitudes, hobbies?

Desde mi infancia y adolescencia siempre tuve un espíritu ahorrador. Con ese dinero decidí viajar al otro lado del mundo, y esa fue la decisión que me cambió la vida. A partir de ahí, muchas cosas más empezaron a pasar como efecto dominó.

Soy de esas personas que cree que, si tienes ganas de algo, prepárate y lánzate. El universo te ayudará en el camino. En el mejor de los casos, las cosas probablemente no saldrán como esperabas, pero saldrán mejor. Y en el peor, al menos tendrás una buena historia para contar en las fiestas.

Ever since I was a kid (and through my teenage years), I’ve always had a saving mindset. I used that money to travel to the other side of the world, and that decision changed my life. From there, everything else started to unfold like dominoes.

I’m the kind of person who believes that if you really want something, prepare yourself and go for it —the universe will meet you halfway. In the best-case scenario, things probably won’t turn out how you expected… they’ll turn out better. And in the worst-case scenario, at least you’ll have a great story to tell at parties.

Las pequeñas cosas del día a día siempre me han fascinado, sean “naturales” o no. Desde las flores diminutas que me encuentro camino al trabajo —y que inspiraron este manifiesto— hasta las cucharitas perfectamente moldeadas o la cantidad absurda de tornillos que existen para cumplir una función específica. (De hecho, creé un oráculo basado en 40 objetos mundanos que han transformado nuestras vidas). ¿Se han puesto a pensar en la cantidad de trabajo que hay detrás de cada uno de ellos?

Siento que tener la habilidad de notar esas pequeñas cosas que nos rodean nos hace sentir más presentes y más a gusto con nuestra vida. Gracias a quienes inventaron la infinita variedad de tornillos que hacen que mis muebles no se caigan, y gracias al universo por las flores callejeras que me alegran un poquito el día.

I’ve always been fascinated by the small things in everyday life —whether “natural” or not. From the tiny flowers I spot on my walk to work (which actually inspired this manifesto), to perfectly shaped little spoons, or the ridiculous number of screws that exist to serve very specific purposes. (In fact, I created an oracle based on 40 everyday objects that have quietly transformed our lives.) Have you ever stopped to think about how much work went into creating each of them?

I truly believe that noticing the little things around us helps us feel more present and more at peace with life. Thank you to whoever invented all those screw types that keep my furniture together, and thank you, universe, for the sidewalk flowers that brighten my day.

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